Aunque
se hundiese la sólida tierra que ahora piso,
tus brazos protectores seguirían sosteniéndome.
Aunque
el sol ardiente se volviese hielo,
tu aliento tibio, seguiría dándome calor.
Aunque
la silenciosa oscuridad
fuese dueña de los cielos y las aguas,
tus ojos claros, seguirían guiando mi camino.
Aunque
mi mente lúcida olvidase todo,
y me volviese necia,
seguiría sabiéndolo todo de tus labios sabios.
Aunque
llegase la hora del fin de los tiempos, y la nada,
seguiría existiendo todo, en una desobediencia universal,
si me siguieses amando.
Y aunque
no me amases más,
el recuerdo de tu amor, sería, será ya para siempre,
mas grande que tu ausencia.