Madrid tiene la boca desdentada
y estómago voraz, de adolescente;
la piel extraña; la mirada ardiente
y una voz rugidora y destemplada.
Madrid tiene deseos de escapada
y cadenas de amante complaciente;
callejones de horror; sombra caliente
y una estrella por cada cuchillada.
Madrid audaz me chista sugerente,
como el abismo de un volcán callado.
Me seduce servil y displicente
sonrisa de cemento maquillado.
¡Imposible vivir indiferente!
Madrid es un misterio apasionado.