¡Oh tus brazos fuertes,
la lentitud que me apresa,
el temblor y el retroceso,
la impaciencia sosegada,
la distancia hasta tu boca que se estrecha!
¡Oh tus brazos obstinados, destruyéndome,
desvanecida en ti,
etérea,
carne tuya!
¡Oh el asombro de las letras de mi nombre,
y las cuatro estaciones de tus besos
cantando en mi cintura –Aurora- amada!