Este verano ha sido nefasto. He perdido casi todos mis ahorros. No es que fuesen muchos, porque yo más bien vivo al día. Pero siempre tengo - o mejor, tenía- un remanente por si las cosas de pronto van mal. Al fin y al cabo, no tengo un trabajo estable, y las desgracias no avisan. Podría decir que ha sido la Bolsa, que lleva cayendo sin tocar fondo desde hace varios años según me cuenta Nando, que de eso sabe mucho. No en vano se dedica a negocios de mucho, mucho dinero. Pero a usted no le voy a mentir. Al médico, como al confesor. O más, porque es más comprensivo, esta más en el mundo. Aunque usted tiene aspecto de ser muy ordenado, muy serio, muy formal, más que yo. No se ría, ande, que se va a descubrir.
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