Es fundamental que el especialista en el cuidado de la piel conozca y utilice las medicaciones psicotropas que pueden ser necesarias en el manejo del enfermo en todos sus aspectos: farmacología, dosis, interacciones, afectos adversos, repercusión sobre embarazo y lactancia, y todas aquellas características relacionadas, sin transgredir en cualquier caso la imprecisa frontera que separa lo que el dermatólogo sabe y debe hacer, de lo que no es de su competencia, sino del psiquiatra.
No podemos olvidar no obstante, que los pacientes que llegan al dermatólogo, a menudo no están preparados emocionalmente para ser derivados al psiquiatra, debiendo ser guiados en este paso, de forma gradual, mientras reciben ya un tratamiento psicofarmacológico que los ayude, o bien tratados en su totalidad por el dermatólogo ante el rechazo o sentimiento de estigmatización que tiene para algunos enfermos la consulta del psiquiatra.
La formación del dermatólogo en los aspectos de la Psiquiatría que pueden tener relación con la Dermatología, se convierte de esta manera, no en una opción, sino en una necesidad.